Mons. Santiago Olivera | Obispado Castrense de Argentina| 7/9/2020

Mons. Olivera | Seamos cada vez más, reunidos en el nombre de Jesús pidiendo por la pronta Beatificación y Canonización de Enrique Shaw, que hará mucho bien a nuestro país y a la Iglesia toda, así lo manifestaba el Delegado Episcopal para la Causa de los Santos CEA (Conferencia Episcopal Argentina) y Obispo Castrense de Argentina. La expresión de Mons. Santiago Olivera fue en el final de su participación del programa “Sal y Luz”, para el ciclo “Historias de Santidad”, conducido por Adriana Gilly y la participación de la Dra. Silvia Correale, emitido por Radio María en la tarde del viernes 4 de septiembre, cuando recordando el Evangelio de Mateo, nos convocaba a rezar pidiendo a Dios la pronta Beatificación y Canonización de Siervo de Dios.

Luego de la presentación de la Postuladora de la Causa de Beatificación de Enrique Shaw, la Dra. Silvia Correale, quien se refirió a la importancia de poder profundizar sobre el testimonio de Santidad del Siervo de Dios, desde RomaItalia, invitaba a nuestro Obispo, Mons. Santiago Olivera a participar de la audición. La Dra. Correale entonces, comentaba a la audiencia el valor de las palabras de Mons. Olivera ya que en su doble participación en el desarrollo de la causa tanto como Delegado Episcopal para la Causa de los Santos CEA, como también, como Obispo Castrense de Argentina, lo compromete notablemente. 

A lo que Mons. Santiago Olivera declaró, “como Obispo Castrense de Argentina, es una bendición tener a un hombre que estuvo en las Fuerza en este camino, de Cadete a aspirante a Santo como lo es la figura del Siervo de Dios Enrique Shaw. No solo para las Fuerzas Armadas es una bendición, sino también para todos, como empresario, como laico, como padre de familia.

Su vida militar ha marcado también su vida cristiana, en la Fuerza militar todo es vertical, y la obediencia Enrique Shaw puso como comandante en Jefe a Dios y a la Virgen en toda su vida. Se ha dejado conducir sin lugar a dudas por el Señor en primer lugar y por María Santísima a quien amaba mucho”.

Continuando, el Delegado Episcopal para la Causa de los Santos, Mons. Olivera, decía, “cada vez que voy profundizando la vida del Siervo de Dios Enrique Shaw, me va apasionando su compromiso como laico en las instituciones de la Iglesia, su pasión por encarnar en su ámbito laboral la doctrina social de la Iglesia que es clave también. Enrique es providencial para este tiempo que nos toca vivir una economía sana y social, al servicio de todos los hombres y del progreso”.

Afirmando, Mons. Santiago Olivera declaró, “creo que nos va a ayudar mucho esta figura, primero como se está dando a conocer en este tiempo y segundo, que, si Dios quiere, pronto pueda ser Beatificado y luego Canonizado, será un referente muy importante para nuestra Patria. Un hombre que piensa en los obreros como parte de su propia familia, como hermanos queridos.

No solo como gente que trabaja para desarrollarse y seguir viendo, como los otros tienen más, sino para que todos se beneficien en la empresa. Son todos, parte de una misma familia al servicio del progreso y desarrollo también de los obreros, creo que es una maravilla y una actualidad que nos va a hacer mucho bien”.

Consultado sobre alguna anécdota o actitud de Enrique Shaw para compartir y conocer con los oyentes que aún no conocen o están conociendo al Siervo de Dios, Mons. Olivera, decía, “si debiera recordar un momento de su vida, puedo recordar inmediatamente, la actitud que tuvo cuando estuvo enfermo y recibió la sangre de los obreros, el dijo, descubrí que siempre quise ser obrero y ahora sé que corre por mis venas sangre obrera, esa declaración es una maravilla. O cuando recibió el linyera y lo cuidó y a la hora de explicar el por qué de su actitud decía, puede ser que Jesús esté dando vueltas por aquí y nos quiera decir algo, esa acción es un testimonio de haber entendido el Evangelio, <<Tuve hambre y me diste de comer>>.

Pero si debo elegir, me gustaría recordar cuando en su vida como empresario, en vez de despedir a sus empleados, logró que esos obreros siguieran trabajando, convirtiéndolos en empresarios. Ya no serían parte de sus trabajadores, sino a ellos les compraría eso que continuarían produciendo, donde los ayudó también comprándoles un terreno, tercerizando esa labor que hacían como empleados en su fábrica y transformándolos en proveedores”.

Profundizando, agregó, “también resulta especial recordar, cuando a la hora de enfrentar un juicio de un empleado, sabiendo que la causa era perdida para ese hombre y teniendo a favor el fallo de su empresa, él decidió brindarle el dinero reclamado. Lo hizo porque vio su carencia, pagó lo que esta persona pretendía, desplegando miradas humanas, cristianas, Enrique tenía una finura espiritual que veía más allá de la realidad.

En este presente que vivimos, habrá empresarios que estarán llamados a ganar menos dinero pero más cielo y Enrique nos enseña a eso. Él vivía pensando en la vida eterna con los pies en la tierra, como buen empresario, no diciendo que es pecado tener bienes o ganarlos, pero siempre, su accionar debía estar al servicio de una economía más solidaria y más fraterna”.

Entre los detalles que exponía Mons. Santiago Olivera del Siervo de Dios, compartió, “la brújula de su vida era Jesucristo, el Siervo de Dios, Enrique Shaw fue un hombre de oración, que ha buscado discernir lo que Dios le pedía. Es un modelo de cristiano, vivió una existencia profunda, no licuada a los términos de Francisco.

Enrique entendió su vocación en el mundo civil, en el mundo laical como pueblo de Dios, pero que no es ajena a la vida Evangélica, es decir, la Santidad es para todos. Esto es lo maravilloso también de poder de tener un referente laico, padre de familia, empresario, un hombre comprometido con su Parroquia, en la Acción Católica, en la fundación de ACDE, entre tantas actividades”.

Entonces, destacando sobre la actitud en la vida de Enrique Shaw, el Delegado Episcopal para la Causa de los Santos y Obispo Castrense de Argentina, expresó, “un cristiano es, un laico, un bautizado que vive su fe cristiana en la cotidianeidad de todos los días, o como decía, Teresita del Niño Jesús, <<Vivir extraordinariamente las cosas ordinarias>>. Por otra parte, quiero destacar, la maravilla de un hombre que dedica tiempo a Dios, no es tiempo perdido, sino que es un nuevo tiempo y fecundo”.

En su participación, Mons. Santiago Olivera también se refirió a la imagen de la estampa del Siervo de Dios, al respecto, manifestó, “(…) uno lo ve con esa serenidad, con ese rosto que trasunta alegría y esto, también es una clave cristiana. La alegría es clave de un hombre que vive en Dios, esto es característico de un cristiano.

No podemos ser amargos, ni tristes si realmente hemos encontrado en la vida, el sentido de que camina con nosotros el Señor y que no estamos solos. A mí, me encanta esa estampa y esa figura de Enrique, serenamente sonriendo y transmitiendo el signo de un cristiano, que es la clave Pascual”.

Dicho esto, agregaba también, “puede haber dolor, puede haber sufrimiento, aún en su propia enfermedad, pero nunca podemos perder la alegría y la certeza de que Jesús camina a nuestro lado. Este, es otro rasgo de la espiritualidad a la que estamos llamados a vivir los cristianos, transmitir la alegría que no es la sonrisa fácil, sino la certeza de sabernos amados por Dios.

Un Dios que nos ama a todos, y por lo tanto, nosotros amas a todos de verdad, aún a aquellos que nos hacen sufrir. Amando a aquellos que nos cuesta más, porque eso, es lo que nos pidió Jesús. Todo esto, hace que nos surja esa sonrisa del alma”.

Por último, Mons. Santiago Olivera, antes de despedirse de la audiencia de Radio María, nos pidió, “recemos mucho, estoy convencido de que el Señor escucha la oración de su pueblo, hace días hemos conmemoramos un nuevo aniversario del fallecimiento de Enrique Shaw, allí recordaba el Evangelio de Mateo, <<También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. >>. Entonces, seamos cada vez más, reunidos en el nombre de Jesús pidiendo por la pronta Beatificación y Canonización de este Siervo de Dios que hará mucho bien a nuestro país y a la Iglesia toda. Recemos, renovemos con confianza, porque Dios escucha a su pueblo”.-
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