Uno de los procesos que Francisco promovió cuando era arzobispo de Buenos Aires fue el de Enrique Shaw.

Se trata de un hombre de clase acomodada pero que nunca se mantuvo al margen de los problemas de sus trabajadores. Conocía a todos por su nombre y se preocupaba por ellos hasta el punto de conseguir evitar el despido de 1.200 operarios.

SILVIA CORREALE
Postuladora de la Causa de beatificación
“Todo el mundo reconoce el trato cordial, afectuoso, paterno que tenía con todos los obreros y cómo estaba siempre muy disponible a las necesidades que ellos tenían”.

EDUARDO FÉLIX VALDÉS
Embajador de Argentina ante la Santa Sede
“Ese ejemplo de no tomar como primera decisión siempre que la variable de ajustes sea el trabajo en el ciclo productivo es lo que el Papa rescata en la figura de Shaw”.

En 1936, Enrique Shaw ingresó en la Marina argentina con tan solo 14 años. Allí comenzó a impartir sus primeras catequesis entre los soldados. Años después hizo unos cursos en Harvard y se incorporó al mundo de los negocios aunque eso no le impidió estar cerca de los problemas sociales de Argentina.

SILVIA CORREALE
Postuladora de la Causa de beatificación
“En Argentina hizo toda una campaña a favor de que a la gente se le diera salario familiar, ciertos beneficios para los trabajadores”.

Enrique Shaw se casó y tuvo 9 hijos. Falleció en 1962 a causa de un cáncer cuando tan solo tenía 41 años. Más de 200 empleados se presentaron para donarle sangre. Fue entonces cuando el empresario declaró: “Ahora sí puedo decir que por mis venas corre sangre obrera”.

El proceso de beatificación ya ha superado la fase diocesana y ahora se encuentra en Roma aunque en una fase inicial. Habrá que esperar mínimo dos años para que concluya la causa.