Tuve la suerte de trabajar ocho años y un poco más bajo su tutela. Soy del 1932 y él era de 1921“. Así comienza el relato de Máximo Bunge, colaborador de Enrique Shaw en Cristalerías Rigolleau.

Máximo entró a trabajar a la fábrica Rigolleau de Parque Patricios, cuando apenas tenía 22 años. A lo largo de su trayectoria laboral pudo conocer a Enrique Shaw en su rol de jefe.

Estaba siempre al tanto de los problemas de todos. (Eran cerca de 3600 personas entre obreros, empleados y dirigentes). Cuando recorría la planta, muchos se le acercaban y él los reconocía por su nombre“, lo recuerda.

Sus anécdotas fueron publicadas con el título “El testimonio de un hombre ejemplar” en la Revista EMPRESA de ACDE en su edición impresa de 2012. A continuación, el artículo completo.


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